
XLIX Convención Nacional en Puerto Rico: Prédica Inaugural
- Categoría: Noticias Internacionales
- Publicado: Lunes, 04 Enero 2016 05:00
- Escrito por MMMENTREVIAS

Predicador: Rev. Gustavo Martínez Garavito. Presidente Internacional del MMM.
Tema: Rectitud, garantía de relación con Dios.
Citas bíblicas: Salmo 25:21; Deuteronomio 32:4, Mateo. 23:3; Hechos 21:10-14, 20:24.
Según el Diccionario de la RAE, Rectitud es recta razón o conocimiento práctico, de lo que se debe decir o hacer. Carácter de aquello que es recto o justo, en el sentido ético o moral. Es la transparencia y coherencia entre los hechos y palabras. Se relaciona con honradez, justicia, imparcialidad, equidad. Por lo tanto, la persona es recta porque actúa de manera correcta, sin doblez, no tiene nada qué esconder; y es genuino en todo lo que realiza. Vivimos en un mundo de concepciones, una sociedad que ha abandonado los parámetros morales y éticos, a cambio de conveniencia o pragmatismo. De lograr todo lo que se quiera sin importar lo que se tenga que sacrificar, para lograrlo. Esta sociedad lema: Si le sirve hágalo, si le da placer hágalo. no se niegue nada de lo que lo haga sentir feliz, de lo que haga sentir placer. Esta noción lleva a comprometer la conciencia, las convicciones.
En la corrupción, a los políticos no les importa cómo lograr y captar el mayor número de votos, para engrandecer su imagen. Igual a los negociantes: no le importa a quien pueda perjudicar o empobrecer, con tal que ellos puedan hacerse ricos. En general, todos promueven sus metas con sus concepciones. Bajan los niveles de moral y conducta. La gente aprende a mentir, a engañar, a robar, hacer lo que sea necesario; para obtener lo que ellos quieren. Ese acomodo se convierte en un estilo de vida. Y esto ha invadido a muchas iglesias, y mucha parte del liderazgo que presiden las congregaciones: adoptando prácticas similares a los de los del mundo, para alcanzar sus objetivos. Sin confrontar a las multitudes con las verdades del Evangelio… sólo calman su conciencia.
La naturaleza del mismo evangelio ofende, porque confronta al pecador con su pecado. Coloca al pecador entre la espada y la pared. El evangelio puede confrontar al pecador con su pecado. Dios no cambia su Palabra. Lo que era pecado ayer, lo sigue siendo hoy. Dios es inmutable. Él desea que su Pueblo respete la verdad. La Palabra convierte el alma, produce una renovación espiritual en los que la reciben. Cuando una persona recibe al Señor, coloca a la Palabra como parte de su vida: le sensibiliza, la transforma y le abre el camino. Se produce el desarrollo de la persona; hombre o una mujer. que no anda con dos caras. Es una persona recta, que ama la Palabra y la naturaleza divina de Dios. Es una persona honesta, consciente que no adora a un hombre ni a una organización. No busca su propio bienestar. Ama y anhela la gloria de Dios. Consciente que sirve a a un Dios real que nos conoce, escudriña y pesa el espíritu; que conoce nuestra mente y que sabe lo que cada uno tiene dentro.
Ante el veredicto de Dios, nadie se puede esconder. La única manera de estar tranquilo es vivir la Palabra: es caminar en la Palabra, caminar en Rectitud. Hagan lo que los líderes predican, porque son Ministros de púlpito; pero no hacen lo que dicen. El ejemplo arrastra más que las palabras. Qué bueno que andemos sin tener nada que ocultar. La gente está más pendiente de lo que hacemos, que de lo que decimos. Que haya pureza, transparencia, integridad. No importa quién se burle, o lo desprecie: siga adelante porque la rectitud agrada a Dios.
Jamás la integridad y la rectitud transigen. Hoy, la mayoría sirve para buscar reconocimiento. Esta misma rectitud estaba con Daniel: su firmeza era sólida. Uno de los fundamentos de la integridad es la persistencia, en lo que es recto; así se quede solo, así se burlen los demás… Sabemos que esto genera envidia; pero produce reconocimiento de parte de Dios, y cuenta con su misericordia. Cuando hay un hombre o una mujer rectos entre los demás, los desespera; porque saben que uno les va a censurar su mal proceder. A Juan el Bautista le cortaron la cabeza, por su rectitud; porque no se doblegó.
Aunque hay una sociedad corrupta… No nos vamos a dejar contaminar. Nosotros como remanente, tenemos que levantarnos. No importa lo que pueda venir… y predicar con nuestros hechos, con nuestra conducta. Y decirle a este mundo: Si se puede vivir en Santidad. Dígale al Señor: Yo quiero reverdecer en este tiempo de oscuridad.
Fotos: MMM Grabaciones Impacto